La profesora y directora del máster Doña Mª Esther Fernández Laespada nos cuenta la experiencia de conocer a dos premios Nobel de Química relacionados con la química supramolecular.

Hace pocos días, el pasado 6 de junio, tuve el honor y la satisfacción de conocer personalmente a dos profesores premios Nobel de Química, con motivo de un simposio celebrado en Madrid en la Fundación Ramón Areces, en colaboración con la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

El tema del simposio: Química, agregados supramoleculares, máquinas moleculares y materia organizada, suponía una ocasión magnífica para conocer los avances de la química supramolecular, de boca de dos grandes especialistas en la materia, Jean-Marie Lehn y Jean-Pierre Sauvage, ambos procedentes de la Universidad de Estrasburgo, con la curiosidad añadida de que, además de ser colegas y amigos, el profesor Sauvage realizó su tesis doctoral bajo la dirección del profesor Lehn.

Jean-Marie Lehn es premio Nobel de Química 1987 (junto con Charles J. Pedersen y Donald J. Cram) por el desarrollo y utilización de moléculas que interaccionan con alta selectividad y es uno de los investigadores que más ha contribuido al desarrollo de la química supramolecular.

Impartió una sugerente conferencia: ¡Química!: En busca del origen de la vida, en la que nos habló de las aplicaciones del reconocimiento molecular en las Ciencias de la Vida, tales como el desarrollo de nuevos fármacos, mediante síntesis de moléculas capaces de reconocer objetivos biológicos, o también de nuevos nanomarcadores ópticos, que puedan servir para el diagnóstico médico, sin olvidar los biomateriales, polímeros supramoleculares biocompatibles, con los que por ejemplo se han desarrollado ya válvulas para el tratamiento quirúrgico de niños afectados por malformaciones cardiacas congénitas.

En suma, nos mostró la vinculación de la química con la evolución de la materia viva, desde la escala molecular, pasando por la supramolecular y la que Lehn llama adaptativa, por ser la base de la auto-organización de los sistemas biológicos. Lehn apuntó que la química es un puente entre la física, con las leyes del Universo y la biología, con las leyes de la Vida.

Por su parte Jean-Pierre Sauvage, premio Nobel de Química 2016 (junto con J. Fraser Stoddart y Bernard L. Feringa) por el diseño y la síntesis de máquinas moleculares, impartió otra interesantísima conferencia titulada: Desde anillos interconectados y anudados hasta máquinas moleculares.

En ella nos señaló que estos anillos, por ejemplo catenanos y rotaxanos, han sido de interés químico desde hace más de un siglo, pero inicialmente más como objetos de discusión que por sus aplicaciones prácticas. Sin embargo, en los últimos años ya se han sintetizado con éxito y pueden experimentar movimientos mediante cambios de configuración por acción de estímulos externos, como la luz o la electricidad, actuando así como motores moleculares. En la Universidad de Estrasburgo se han diseñado por ejemplo rotaxanos capaces de cambiar de posición en tiempos muy cortos, de los microsegundos a los milisegundos, frente a los segundos o incluso minutos de las supramoléculas iniciales.

Los campos de aplicación futuros están aún por delimitar, pero hay resultados prometedores en relación con el almacenamiento de información, nanomáquinas capaces de transportar moléculas a través de membranas, enzimas artificiales o músculos artificiales, útiles tanto para robots como en órganos protésicos.

Quisiera terminar diciendo que escuchar juntos a estos dos referentes de la Química Supramolecular ha sido emocionante, un poco como asomarse a una ventana abierta al futuro, a interrogantes sobre por dónde avanzará la Ciencia.